miércoles, 25 de diciembre de 2013

El Rincón Malillo

Hay lugares, calles, rincones, plazas en Jerez que sólo con respirar su ambiente se adivina tras ellos una historia centenaria que ha ido forjando a lo largo de los años una singular manera de ser. Y en el corazón histórico de la ciudad, en el barrio más antiguo laten entre sus calles miles de historias que vale la pena desvelar. Aquí traemos una muestra con una que acaeció en el Rincón Malillo, en plena red de calles y vías estrechas y recoletas, con la monumental iglesia de San Mateo, una de la de los cuatro evangelistas, coronando sus vistas. Cuenta la leyenda que un caballero jerezano, Alvaro de Mendoza y Virués, con fama de espadachín y pendenciero jugador y bebedor empedernido, cuando dejaba sobre el suelo a una de sus víctimas de sus duelos, tuvo la osadía de retar al mismo Satanás
A partir de ahí, las leyendas jerezanas cuentan que si bien no tuvo lance con el ángel caído, sí sintió una fuerte punzada en su brazo derecho, de forma que vio una profunda herida sangrándole. Horrorizado, huyó hacia su casa en la Plaza del Mercado (también en San Mateo) y calle Justicia. Y para paliar sus miedos, desde su esquina y mirando hacia el rincón que, desde entonces precisamente, fue Malillo, en una hornacina en piedra mandó poner una cruz de hierro forjado, como en las otras muchas casas de su propiedad que tenía en el barrio. 
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Una vista de la zona en la actualidad, que adoptó su nombre en 1589 (de la web jerezsiempre).
Hoy en día en distintas casas de San Mateo existen hornacinas, unas que conservan la cruz, otras que no, pero lo que sí ha perdurado es que el caballero jerezano desde ese día se recluyó en su casa solariega sin pisar más la calle y abandonando esa vida de locura y arrebato que hasta entonces había llevado.
rinconmalillo3_gentede_jerezPor el hecho de que pasaba muchas horas encerrado en su despacho, los vecinos comenzaron a conocerlo como el ‘Enjaulado’. La muerte, muchos años después, le sorprendió con la herida de esa maldita noche aún sin cicatrizar. Aún se conserva en San Mateo un laude o entierro de la familia Virués.
La leyenda ha perdurado y, aunque sea realidad o ficción, lo importante es que rincones tan cautivadores como éste Malillo en San Mateo han ejercido y ejercen siempre un embrujo sobre jerezanos y visitantes, tanto que hasta el gran maestro de la música de Jerez, Álvarez Beigbeder, le dedicó una de sus composiciones.
(Extraído de: Moreno Alonso, José: Historias, leyendas y fiestas de Xerez de la Frontera, Colección Alcubilla, Jerez 1987).

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